Marzo en los Mercados Globales

El impacto generalizado de la pandemia en los sistemas económicos, financieros y sanitarios ya es conocido. Cómo respuesta al avance del coronavirus, los distintos países se autoinfligen una recesión económica aplicando una receta común: cierre de fronteras y aislamientos más o menos estrictos.

Esto está teniendo un correlato, claro está, en valuación de activos financieros. A su vez, la dinámica particular del mercado de petróleo, donde el precio del barril se derrumbó hacia los USD 20, sólo amplificó el impacto en activos globales. Lo que se dice, algo de nafta al fuego.

La gran pregunta es cuánto durará la pandemia. Frente a la incertidumbre, los inversores se retiran de activos de riesgo y vuelan hacia los bonos del tesoro de Estados Unidos, del oro o del efectivo. En consecuencia, el dólar se ha apreciado un 2% en lo que va del 2020 y el rendimiento de los bonos de EE.UU. a 10 años cae a 0,70% desde cerca de 2,0% a finales de 2019, un reflejo típico del “vuelo a la calidad”.

Gobiernos a lo ancho del mundo abandonan metas fiscales para asistir a la población. En Estados Unidos, el presidente anuncia un ambicioso paquete de USD 2 billones o un 10% del PBI. Además, la Reserva Federal ha declarado que retoma su programa de recompra de activos, o Quantitative Easing, una receta que le permitió salir de la recesión en 2008.

Frente a estas medidas monumentales de estímulo, la renta variable, que venía de una caída vertical récord en términos de duración, recupera parte del terreno perdido. Los inversores encuentran algo de calma luego de jornadas en caída libre.

En 2020, las acciones de EE.UU. en el S&P 500 caen más de un 20%, mientras que la deuda corporativa americana de grado de inversión lo hace en un -5% y la de alto rendimiento en un -15%.

En su peor momento, las acciones de EE.UU. llegaron a estar 31,3% en rojo, cuándo el 23 de marzo el S&P 500 cerró en 2.237 puntos.

Una dinámica similar de los inversores se percibe en Europa, uno de los continentes más castigados por la pandemia. Las acciones en el Euro Stoxx 50 caen un 29% en lo que va del año, mientras que el rendimiento de bonos considerados seguros como los bunds se hunde todavía más en terreno negativo. Hoy uno debe resignar 0,5% por año para prestarle dinero al estado alemán.

Al mismo tiempo, el Banco Central Europeo toma medidas en sintonía con la Reserva Federal. Se suspende el pacto de estabilidad fiscal, que buscaba que cada país no sobrepase el 3% del déficit ni el 60% del ratio deuda/PBI. También se alista para reimpulsar su propio QE.

En economías emergentes, China estaría comenzando a reactivar su economía ya que, al parecer, ha logrado aplanar la curva de contagios con relativo éxito. El presidente Xi Jinping visita la ciudad de Wuhan a mediados de marzo y declara que la epidemia está “prácticamente contenida”. Las acciones chinas pierden un 10% en dólares en marzo.

Incorporando el resto de los mercados emergentes, las acciones comprendidas en el índice MSCI EM registran una caída del orden del 25% en el año.

Desempeño en los mercados globales


¿Cuánto caerán las ganancias de las compañías de EE.UU. en 2020?

Existe una máxima que se repite en períodos históricos:

“No todas las recesiones de ganancias implicaron recesiones económicas, pero todas las recesiones económicas implicaron recesiones de ganancias.”

Desde el banco de inversión, destacan que existe un consenso respecto al resultado del PBI estadounidense para el segundo trimestre: caída económica importante.

Las ganancias corporativas, métrica de una importancia vital para la valoración presente de sus acciones, se verán duramente afectadas por esta contracción. Desde J.P. Morgan sostienen que existe una alta probabilidad que sean menores a las del 2019. Si observamos la historia, se puede ver que, en promedio, las ganancias tienden a contraerse un 20% en épocas de recesión desde 1950 a la fecha. Según los modelos del banco, ellos piensan que caerían un 15% en línea con las estimaciones históricas.

Pero los mercados incorporan precio con la expectativa futura. A medida que los inversores divisen un mundo libre de coronavirus, la renta variable debería resumir su ascenso. El foco estará en compañías de calidad en sectores como consumo, tecnología y salud.

La caída promedio de ganancias corporativas en recesión es de 17.2%
Caída porcentual desde el último máximo, promedios para los años de contracción, en períodos de recesión económica y total.

Fuente: JP Morgan

Si bien cada mercado bajista es único por naturaleza, la renta variable devolvió retornos de doble dígito en tres años luego de hacer piso

En sus últimos informes, la compañía pone en perspectiva la última corrección de mercado del 35% desde los máximos de finales de febrero de 2020. La compara con el lunes negro de 1987, con la crisis financiera asiática de 1997 y con la última gran crisis del 2008.

En esos períodos, analiza cuánto rindieron los 3 años venideros al peor día de retornos. En todos los casos, los rendimientos anualizados son positivos y de dos dígitos.

El sell-off de los mercados en perspectiva: recuperaciones de renta variable en el pasado

Rendimiento del S&P 500 desde el peor día de trading

Fuente: Janus Henderson

El mismo reporte analiza el estado de los balances corporativos en la actualidad en comparación a última gran crisis del 2008. Concluye que tanto los niveles de deuda, la liquidez corporativa y la liquidez bancaria se encuentran en mejores condiciones que en el 2008.

En conclusión, Janus Henderson argumenta que para los inversores que posean un horizonte de inversión igual o mayor a 3 años, cabe considerar que, de repetirse la historia, esta crisis podría presentar puntos de entrada atractivos para una inversión vista a tres años.

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