La aceleración de casos del nuevo coronavirus por fuera de China activó un proceso intempestivo de corrección en mercados al punto de dominar el curso de todos los activos financieros globales. El brote en países como Japón, Italia y Corea llevó a los inversores a materializar una expectativa de crecimiento más magra durante 2020. La renta variable sufrió el impacto, así como commodities y monedas emergentes.
Los inversores incorporaron rápidamente la expectativa de menores ganancias futuras por los efectos colaterales de la epidemia. El índice de acciones S&P 500 entró en fase de corrección (caída de 10%) en sólo seis jornadas, la más rápida desde la crisis de 1929.
Goldman Sachs ha recortado su proyección para las ganancias corporativas de EE.UU. en el 2020 e informó que su crecimiento sería nulo. Ha imitado esta acción para la economía de Estados Unidos, que crecería un 1,2% interanual en el primer trimestre en comparación al 1,4% que proyectaba anteriormente.
El contexto de incertidumbre motivó un “vuelo a la calidad” inmediato, registrando la tasa de los bonos del Tesoro a 10 años un descenso a mínimos históricos, llegando a niveles de 1,10% desde los 1,50% del cierre de enero. En una reunión de emergencia, la Reserva Federal recortó la tasa de política monetaria en medio punto para contener los efectos del virus en la economía de su país.
En Europa, el impacto también fue negativo, con un daño en activos considerados de riesgo (Eurostoxx 50 a la baja en casi 11,0% en la última semana de febrero) y un refugio en bonos del tesoro alemán, que vieron el rendimiento de su deuda a diez años sumergirse aún más en territorio negativo (-0,61%).
Los bancos centrales de Europa, Japón y China, han declarado también estar dispuestos a estimular la economía para que se pueda salir lo antes posible de este parate global. Christine Lagarde, la presidente del Banco Central Europeo, ha declarado que aún es muy pronto para confirmar mayores estímulos para la economía, aunque seguirán de cerca la evolución del estado de la emergencia sanitaria.
En Latinoamérica, las acciones brasileras comprendidas en el Ibovespa han caído un 14% el último mes debido a la estrecha relación comercial que posee el gigante sudamericano con China, poniendo un mercado alcista en corrección.
Las monedas de emergentes y los commodities también han sufrido el impacto del coronavirus. El real brasileño, el peso mexicano y el rand sudafricano sufrieron una depreciación. Por otro lado, el barril de crudo WTI, la gasolina, la plata y el algodón mostraron las caídas más abruptas entre los commodities, con retrocesos de doble dígito desde la última semana de febrero.
Tabla de rendimientos
Históricamente, los mercados se recuperan rápido de un evento pandémico
Para la compañía, la principal pregunta radica en si estamos cerca de una recuperación o todavía resta camino por corregir. Para responderla, el pasado otorga algunas pistas como el surgimiento del SARS en el 2003: al momento del brote, el mercado chino corrigió un 15% para luego concluir el año con un 50% de rendimiento positivo.
Carmel Wellso, directora de research de la compañía, declara que el peor momento para el mercado es, naturalmente, cuando se propaga el virus, con un grado de incertidumbre muy elevada. Pasado un tiempo, los nuevos casos que se reportan se desaceleran y cierta calma retoma a los mercados. No obstante, este período puede llevar muchos meses.
Para Wellso, se pueden distinguir 3 etapas: una reducción en la demanda, una restricción en la oferta y un cambio de comportamiento en el consumidor. Según su visión, nos encontramos en la segunda etapa donde la restricción en la oferta comienza afectar severamente los pronósticos de crecimiento mundiales.
La recuperación podría llegar más pronto que tarde y, por eso, habrá que estar atentos a las señales del mercado.
Acciones globales como un activo de renta variable atractivo en la próxima década
Desde la entidad aclaran que es muy poco probable que se vuelvan a repetir los extraordinarios rendimientos experimentados por la renta variable estadounidense en estos últimos 10 años y que, por eso, es prioridad comenzar a explorar nuevos horizontes.
En su informe sobre renta variable, MFS plantea que las acciones globales probablemente tengan un mejor rendimiento total que las estadounidenses durante los 2020s, aunque todavía menor que el promedio de los últimos 15 años.
Retornos históricos y esperados para las distintas zonas geográficas
Como se puede ver, la renta variable de Estados Unidos ha rendido en promedio un 9% anual en los últimos 15 años, aunque desde MFS esperan que para los próximos 10 años este número sea cercano al 2%. En cambio,las acciones globales presentaron rendimientos históricos del 7% anual promedio y pronostican un 4% para la próxima década.
Tanto Japón, Gran Bretaña y Mercados Emergentes presentan mejores perspectivas que las performance históricas. Son destacables los últimos dos casos en los cuales se proyectan rendimientos del orden del 9% y un 8% anual respectivamente.